Según la asociación de pediatría española un bebé empieza a tomar comida sólida en el momento en que comienza con la alimentación complementaria a partir de su sexto mes de vida. Esta etapa por tanto es la ideal para comprar una vajilla de cerámica para niños, ya que a partir del momento en que empieza a tomar alimentos sólidos, es aconsejable que tengan sus utensilios propios.
Vajillas adecuadas para los peques
Aunque en un principio serán los papás quienes les den de comer, a partir del año y medio aproximadamente, van a ser ellos lo que empiecen a usar solitos sus cubiertos. Contar con su propia vajilla les da más confianza y seguridad, puesto que tiene sus cosas adaptadas a su tamaño para que las pueda manejar con facilidad. No en vano, comer es una forma de favorecer su estimulación temprana, ya que descubren nuevas texturas, sabores y colores. Cuando lo hacen están fomentando su autonomía y estimulando sus sentidos.
Eso sí, a la hora de adquirir una vajilla hay que asegurarse que sea la adecuada en lo que a material se refiere. Si se elige una de plástico hay que asegurarse que no tenga BPA, una sustancia que se usa para fabricas algunos plásticos y que resulta tóxica. Tampoco se recomienda una de cristal, puesto que existe una probabilidad muy alta de que algún plato acabe en el suelo en mil pedazos. Por eso, lo mejor es un material resistente como la cerámica con el que el pequeño estará seguro y podrá pasar momentos muy divertidos mientras come y se siente cómodo.